viernes, 1 de mayo de 2020

SOLIDARIDAD ACTIVA DESDE EL PUEBLO CON EL PUEBLO.


¡Solidaridad de clase
para derrotar la pandemia y el neoliberalismo!

Primero de mayo diferente. Plazas vacías, calles desmovilizadas, brindis virtuales, discursos no pronunciados, arengas postergadas, puños en alto en espera, y sin embargo están ahí.

Los grandes maestros de la clase obrera nos enseñaron que, en los tiempos de reflujo, en los recodos del largo camino, la importancia de la teoría para ordenar nuestras filas. Armarse de la historia, estudiando a los forjadores de la unidad y de la independencia de clase.

En el Perú cada primero de mayo, siendo una fecha universal, ha tenido protagonistas centrales que se encargaron de desplegar banderas. En los 70, fueron los maestros enfrentando a la dictadura militar; en los 80 los campesinos y mineros con sus grandes oleadas huelguísticas; en los 90 los trabajadores estatales despedidos por la privatización neoliberal; en este nuevo periodo les corresponde a los médicos, enfermeras, técnicos, quiénes arriesgando sus vidas y reclamando recursos para atender la salud de nuestro pueblo ponen en lo más alto el orgullo del trabajador.

La imagen de una clase trabajadora vulnerable, complace a los poderosos, incluida nuestra parasitaria burguesía nativa, que se ve con las manos libres para atentar contra nuestro pueblo que no tiene la posibilidad de responder desde la fuerza de su unidad, organización y movilización. Es esa misma clase empresarial la que pide que “sus trabajadores” vuelvan a sus labores sin importarles que esté en riesgo sus vidas, priorizando solo el lucro y ganancia.

En general, los gobiernos de turno apenas son capaces de ampliar sus políticas asistencialistas, con bonos que llegan tarde o nunca y no a todos los que necesitan. En el Perú vemos hospitales colapsados, con camas en los pasillos, compatriotas que retornan hambrientos a sus pueblos, histeria empresarial contra el impuesto a su riqueza, mandos policiales removidos por corrupción, amagues de motines en las cárceles, cifras de víctimas alteradas y para terminar una jefa de la mafia liberada, en definitiva, no ha sido una buena semana para el país y todo apunta que las semanas que sigan las cosas pueden ir peor.

Si el Ejecutivo muestra su incapacidad, el Congreso, cada vez más infectado, manifiesta su oportunismo con leyes que apuntan a la simpatía popular, pero que, vistas a profundidad, son solo juegos artificiales que buscan ganar el futuro voto ciudadano para capturar el gobierno el 2021.

Este escenario plantea varias tareas. Una primera, es la lucha por la verdad, mientras los gobiernos anuncian éxitos y avances, nosotros debemos denunciar, como lo ha hecho la prensa independiente que las cifras pueden duplicar hasta triplicar las oficiales. El objetivo de disminuir el número de víctimas no es solo un error, sirve de sustento para que la mal llamada clase empresarial pida que los trabajadores retornen de inmediato a la “normalidad”.

El viejo estado se revela incapaz de encontrar mecanismos para que su política de martillo golpee la pandemia hasta derrotarla. No puede organizar una ordenada entrega de recursos en los bancos, con gente apiñada una contra durante horas de horas y con los mercados como el principal foco de infección; con un porcentaje de comerciantes contaminados alarmante. La policía no resuelve el problema, ellos también son golpeados con la pandemia y la corrupción de la oficialidad. El ejercito que podría ser una vía para la entrega de víveres y apoyo en los domicilios, con los beneficiarios sin salir para no exponer su salud, solo está a la expectativa para reprimir al pueblo en caso de algún desborde popular.

Una segunda gran tarea, es luchar porque nuestro pueblo retome sus labores con las mayores garantías de protección para su salud, desde los centros de producción hasta los negocios de repartición de alimentos, llamados “deliverys” que han empezado a proliferar sin los cuidados sanitarios respectivos.

Una tercera. corresponde a la generación de amplios mecanismos de solidaridad con los cientos de miles que van a quedar fuera del mercado laboral por largo tiempo, son los que hoy colocan banderas blancas o hacen sonar sus cacerolazos, y que le tienen más miedo a morir en sus casas de hambre que por la epidemia.

Una cuarta tarea, corresponde a la batalla ideológica y política con la derecha, desenmascarándola una y otra vez. Ha quedado claro, gracias a los Ghibellini de la Confiep, quién se ha puesto al lado de los trabajadores y quiénes se han colocado, como siempre, en la vereda del frente. “Los rojos” han logrado el bono, y seguirán luchando por que llegue a todos y todas.

Son momentos decisivos desde izquierda si quiere ser reconocida como vanguardia del pueblo, el haber emitido un pronunciamiento unitario es una buena señal que debe ir acompañada de otras con mayor audacia política, que va desde difundir con mayor energía los 10 puntos de la plataforma hasta organizar la mayor red de solidaridad que haya existido para resistir con éxito los meses que se vienen.

¡Con todas las fuerzas de la historia, Viviremos y Venceremos!

 Perú, 01 mayo 2020

¡¡FUERA LA DICTADURA!!

DESCARGAR EN PDF PERIÓDICO PUEBLO UNIDO 05