domingo, 12 de noviembre de 2017

23 de octubre... No perder el horizonte


Luis de la Puente
en la Historia

El 23 de octubre se conmemoró la muerte en combate de Luis de la Puente Uceda, comandante general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fecha importante de recordar en estos tiempos volátiles, pues es ancla que nos permite no perder el horizonte.

Rescatar la figura de Luis de la Puente corresponde  a la necesidad imperiosa de afirmar una identidad rebelde e insumisa, reivindicar una tradición de lucha sin la cual es impensable un proyecto liberador. La historia no empieza con nosotros. Somos continuadores, en nuevas circunstancias históricas y con nuevas sensibilidades, resultado de la ampliación del concepto de la liberación y de la dignidad humana, de su mismo espíritu de construcción de un Perú nuevo en un mundo nuevo.

No es asunto ya evaluar si las estrategias y las tácticas fueron las correctas, o si el programa era el más indicado. Hombre de su tiempo, de la Puente usó el arsenal ideológico que existía y con eso se lanzó a la batalla.

Fue parte de una generación heroica y voluntarista. La revolución parecía no solo necesaria, sino además inevitable y cercana. La Cuba de Fidel estaba ahí como ejemplo palpitante; después de ella ¿Cómo contentarse con las lentas acumulaciones de fuerzas sindicales o parlamentarias? ¿Cómo ser un tibio o un retórico? Lo mejor de una generación en América Latina se vistió de verde olivo. Y una tras otra se sucedieron las derrotas, salvo en Nicaragua, que fue excepción y no regla.

Pero la historia suele trajinar por rutas sorprendentes. La guerrilla del MIR, breve como fue, impactó profundamente en la consciencia de sus adversarios. Los militares más lúcidos sabían que reivindicaciones como la Reforma Agraria o la expropiación de la IPC, ambas parte de la plataforma con la que el MIR se lanzó al combate, eran justas. Es más, estos mismos militares habían empezado a implementar una reforma agraria en el Cusco tras los movimientos campesinos de La Convención y Lares. Pero lo fundamental fue, sin embargo, que estos militares comprendieron que, habiendo vencido este primer capítulo, nada garantizaba que, de mantenerse el viejo orden oligárquico, la próxima guerrilla que eventualmente apareciera, no obtuviese una victoria. Ahí está uno de las explicaciones centrales del velasquismo que tanta repercusión tuvo en el Perú de la segunda mitad del siglo XX y que marcó un parte-aguas en la historia de la república.


¿Qué es lo que hoy recogemos de esa experiencia ya lejana de hace más de medio siglo? ¿Qué de permanente dejaron gentes como Luis de la Puente, Guillermo Lobatón Milla, Máximo Velando y otros?

Lo primero fue, sin duda esa coherencia básica que une la acción y el pensamiento, la teoría y la práctica. Dignificar la política dotándola de sentido ético y por lo tanto, hacerla creíble por el pueblo, es algo crucial en estos tiempos de “posverdad” y relativismo moral, cuando la lógica mercantil ha impregnado todas las relaciones humanas y ha corrompido los espacios públicos a un punto tal que dificulta la convivencia.

Lo segundo  es el espíritu rebelde y transformador, que no busca adaptarse y acomodarse a las circunstancias, sino profundiza resistencias y radicaliza las demandas de los oprimidos con un sentido liberador.

Lo tercero es sentirse parte y continuador de una tradición, de una historia de resistencia, de Manco Inca, Juan Santos Atahualpa y Túpac Amaru, a Mariátegui, los insurgentes apristas de 1932 y 1948 y a todos los luchadores sociales y políticos que el siglo XX abonaron a la consolidación del campo popular y que en las últimas décadas resistieron al autoritarismo y al neoliberalismo.

Cuarto, la unidad en la acción, la unidad que dinamice la convergencia de los oprimidos, que deponga ambiciones individuales y/o grupales en función de los grandes intereses colectivos.

Y quinto, en Luis de la Puente y el MIR de 1965 hay la convicción que los grandes problemas producidos por este capitalismo subordinado y atrasado, no tendrán solución dentro del sistema, y que solo en tanto tengamos presente un horizonte socialista tendremos posibilidad de no perder el rumbo.

Por esto, y por todo lo que significó para nosotros como paradigma le decimos...
¡Hasta siempre comandante!


Multitudinaria romería de los campesinos de La Convención en homenaje a Luis de la Puente y sus compañeros (23 de octubre  / Choquellohuanca / Distrito de Maranura).

Perú Octubre del 2017

¡¡FUERA LA DICTADURA!!

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