domingo, 11 de marzo de 2018

PODER POPULAR es la base de un nuevo estado y de una nueva sociedad.


Debate: 
¿QUÉ SON LAS COMUNAS  POPULARES
Y CUÁL ES SU PAPEL EN EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI?

Quienes consideran que en Venezuela existe una dictadura (incluyendo algunos políticos que se definen de izquierda), debieran conocer que en ese hermano país se están dando formas de democracia y poder popular que superan con creces los estrechos marcos de la democracia burguesa.

Los consejos comunales, las comunas y otras formas de democracia, de poder popular y de células de la nueva sociedad en construcción no están consagradas en la Constitución venezolana actual, que data de 1999, pues han ido surgiendo después, por lo que es muy previsible que la Asamblea Nacional Constituyente los incorpore como pilar fundamental del Estado y de la sociedad en la nueva Constitución. 

Esto explica en parte la desesperación y la furia que ha desatado la ANC en el imperialismo y las oligarquías latinoamericanas, y la arremetida contra el proceso sociopolítico en ese país, recurriendo al desabastecimiento de productos básicos, barricadas en las calles, asesinatos, acciones terroristas, ataques paramilitares a la Fuerza Armada, presiones “diplomáticas” y expulsiones, amenazas de intervención militar extranjera y últimamente el bloqueo financiero que acaba de dictar Donald Trump, con el que pretende el colapso de la economía, la crisis humanitaria y el pretexto para una intervención internacional supuestamente “humanitaria”.

Hugo Chávez fue quien ideó la organización del pueblo en consejos comunales y comunas, no sólo como parte de la profundización de la democracia directa y protagónica sino para que se constituyeran en células del socialismo del siglo XXI. Antes de su muerte encomendó a Nicolás Maduro impulsar este modelo.

¿Por qué casi no se habla de las comunas y no aparecen ni en las noticias de los medios de prensa venezolanos?. ¿Es homogéneo el avance de las comunas?. ¿Qué dificultades enfrentan en su desarrollo?. ¿En qué medida la burocracia estatal, el Estado y el chavismo han impulsado o han trabado su desarrollo?. ¿Cuántos consejos comunales y comunas existen ya?. ¿Qué perspectivas tienen las comunas en la construcción del socialismo del siglo XXI?

Un conocido artículo de Mario Vallejo, publicado por RTVE en marzo de 2013, informaba que para entonces existían 250 comunas. Un poco más de dos años después, un informe de la web Russia Today, publicado el 28/5/2015, mencionaba que ya existían más de 1,000 comunas. El especialista Daniel Pardo, en un artículo publicado por la BBC el 16/12/2015, afirmaba que en Venezuela existían 45,000 consejos comunales y casi 1,500 comunas. El sociólogo italiano Mario Teruggi, en la web TeleSUR, en febrero de 2017 estimaba el total de comunas en más de 1,700.

En la Constitución de Venezuela los consejos comunales y las comunas serán consagrados como pilar fundamental del Estado y de la nueva sociedad (en la actual Constitución, de 1999, no aparecen pues comenzaron a surgir mucho después).

A continuación publicamos un artículo que puede ilustrarnos de mejor manera este tema fundamental para quienes estamos bregando por una transformación o revolución que tire al tacho de la historia este sistema capitalista y promueva desde el pueblo mismo, como protagonista del cambio, nuevas formas de organización económicas, sociales y un nuevo Estado.

Lo que sucede en Venezuela no ha de servir, obviamente, para hacer calco y copia, sino para aprender de otras experiencias. Es parte del debate necesario que debe desarrollarse en el seno de las fuerzas revolucionarias y la izquierda latinoamericana, en momentos en que arrecia la ofensiva imperialista y de la gran burguesía intermediaria en todos los confines de Nuestra América.


¿Qué le importa el Estado al Poder Popular?
Por: Iván Padilla Bravo

Mucho. El Poder Popular no es una entelequia. Es, en Venezuela, el protagonista consciente y organizado, de sus destinos. Aun así, es importante puntualizar algunos elementos. Sobre todo porque el Estado venezolano sigue siendo de clases y su estructura está determinada, por ahora y en última instancia, por la clase dominante, por los dueños de los medios de producción, por el capitalismo. Sobre todo porque nuestra propuesta de sociedad socialista –con sello de identidad Bolivariana y Chavista- aunque ha definido en la Constitución de la República Bolivariana, las líneas generales de "navegación" hacia un Estado de nuevo tipo, éste no existe aún.

Solamente la actual Asamblea Nacional Constituyente, en funciones plenas, en consulta popular masiva, participativa y protagónica, consulta, legisla y continuará haciéndolo para definir al Estado de nuevo tipo, a ese Estado que sentará los cimientos para la necesaria transformación cultural, radical, en pensamiento y valores, para producir, distribuir y consumir bajo principios de igualdad, bajo principios socialistas.

Bueno es recordar que la figura del Estado está contemplada como institución de "equilibrio" o conciliación de clases. El Estado sólo es imaginable en sociedades de ese tipo. En la última y más perversa de las sociedades de clases, en el capitalismo, el Estado ha adquirido un nivel de desarrollo tal que es allí donde se conjugan los aparatos políticos, económicos y militares con los que el filósofo francés Louis Althusser denominó "aparatos ideológicos" (la escuela y la iglesia, entre otros). Represión y consenso establecen una armónica relación de complicidades para el dominio y la hegemonía, característicos del capitalismo.

Por eso es que cuando el Poder Popular desarrolla sus propuestas de acción revolucionarias y contra hegemónicas, lo hace pensando en una sociedad sin clases y, por consecuencia, sin Estado. El referente utópico comunista, aparece así mediado por una transición entre la vieja sociedad que está muriendo y la que se está gestando. En ese período se avanza en el socialismo, lo cual es una incipiente construcción en la formación social venezolana.

Es el Comandante Hugo Chávez, con su propuesta y victoria Constituyente de 1999, quien mayores pasos de avance y profundización ha logrado dar en Venezuela, en unos 200 años de vida republicana. Sus ideales Bolivarianos junto a la identidad de clase proletaria (y campesina) que siempre le caracterizaron como individuo, ayudaron al diseño de una Constitución como la vigente en nuestra 5ª República. Y, aunque esa Carta Magna en ninguna parte menciona la soñada sociedad postcapitalista como socialista, sin embargo, la fórmula bolivariana de "la mejor forma de gobierno" le impulsa a proponer y desarrollar nuevas formas de organización y funcionamiento del Estado, como las fundamentadas en las distintas Misiones sociales y en decisiones sobre el aparato represivo de éste, al cual se le prohíbe expresamente el uso de la fuerza para el control del orden público, entre otros actos atenuantes como la condena a la discriminación y la búsqueda de equilibrio legal para las sanciones.

Las presiones imperiales de poder económico y político internacional se arrecian contra Venezuela en un deseo por frenar toda reforma del Estado que atente contra los intereses de clase de los dominadores capitalistas y, por supuesto, que impidan el establecimiento de un Estado de transición a la sociedad comunista, como la denominada socialista.

Esa última es la causa fundamental del poco desarrollo socialista en Venezuela, pese a las propuestas gubernamentales iniciadas por Hugo Chávez y continuadas por Nicolás Maduro, en el ejercicio constitucional de sus mandatos en la 5ª República con orientación de la Constitución promulgada por el pueblo venezolano desde 1999.

Hoy entendemos que la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, basada en el poder originario del pueblo, concede la potestad a ese suprapoder constitucional, para incorporar decisiones y leyes en beneficio del mejor vivir venezolano, de la soberanía económica, judicial y comunicacional, entre otras fuentes de fortalecimiento socialista del Estado de nuevo tipo.

Entonces, cuando nos preguntamos ¿qué le importa el Estado al Poder Popular?, la respuesta aquí argumentada es ¡Todo! El Poder Popular, cuando se le consigue una subordinación que le invisibiliza como tal y se impide su organización consciente –como ocurrió durante todos los casi 200 años de padecer la IV República- es muy difícil que tenga interés por el Estado. Sí acaso llega a tener interés por los gobernantes y sus efímeras acciones, pero no exactamente por el Estado. El interés del Poder Popular por el Estado, es un interés de clase. No es el interés por el cambio de gobernantes, sino por el cambio radical de sociedad. Es un interés revolucionario. Es el interés por alcanzar un nuevo Estado y, sobre todo, una sociedad nueva.

APORREA:

¡¡FUERA LA DICTADURA!!

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